Es el cruciano que más se le recuerda. Lo anterior a pesar de que murió a fines de los años 50. Sucede que la familia cruciana, ha sabido perpetuar su memoria. Y lo ha hecho del único modo posible: de generación en generación, y a través del recurso de la oralidad. En cada aniversario, cuando se brinda por los que no están, que son muchos, aparece don Santiago. Un silencio respetuoso se apodera de la sala.
Nacimos con su historia que ya es leyenda y quizás más tarde mito. Pero que existió, don Santiago, existió. Allí está su foto, con otros dirigente, y otra en la cancha, la que tuvimos en el Matadero, con los crucianos con sus colores clásico, amarillo y negro.
Walter Milicay, averiguó que su segundo apellido es Belardi. Walter, a su vez, sabía dónde estaba enterrado en el cementerio Nº 1, este cruciano, que en un accidente ferroviario, perdió sus dos piernas. Aún así, entrenaba a los niños y niñas del sector norte de la ciudad. Les enseñaba el silabario del basquetbol; con un pito, marcaba el ritmo de bandejas y trenzas.
En septiembre del 2010, le fuimos a dejar flores.
Don Santiago White Belardi, fue socio fundador del Deportivo Mafalda Schenoni, la otra cruciana que murió joven, y que se destacó como basquetbolista.
En los años 60, los equipos de básquetbol de La Cruz, que participaban en los campeonatos de verano, llevaban su nombre. Hoy nuestra escuela de baloncesto, también tributa su memoria.
Los jóvenes de La Cruz, lo de comienzos del siglo XXI, ya saben de su nombre.
Don Santiago murió en abril del año 1959.
Si usted sabe más sobre don Santiago, por favor escriba a:
Bernardo.Guerrero@gmail.com