La década de los 50 sorprende a La Cruz, en una de sus crisis. No hay actividad deportiva. Los amarillos con negros, están ausente de las competencias. Contrasta esto con la década de los 40, en que los crucianos, sobre todo sus equipos femeninos destacaban en el básquetbol.

A fines del año 1953, a través del diario El Tarapacá, Santiago White, fundador entre otros de  La Cruz, hace un llamado para reorganizar al club  de sus amores.

En su sentida carta escribe: «Volveremos a ver nuestros colores muy en alto como antes estuvieron para bien de la juventud que debe militar en esas filas».

Los crucianos acuden al llamado de don Santiago y se reúnen un domingo por la mañana en su sede de las esquinas de Amunátegui con Videla. La primera medida fue elegir la directiva. Esta quedó formada del modo que sigue:

Presidente: Juan Schenoni; Vicepresidente: Mario Olivares; Secretario: Germán Carrera; Secretario de Correspondencia: Mario Tapia. Tesorero: Santiago White. Protesorero: Santiago Riega.

Los crucianos de Santiago y de Valparaíso envían un «alentador telegrama y además una remesa de dinero a fin de que sea invertida en útiles para la institución (El Tarapacá, 17 de enero de 1954, página 1).

White 22

Don Santiago si viera a La Cruz del siglo XXI, sonreiría orgulloso.